lunes, 20 de marzo de 2017

Con permiso, buenas tardes.

Joven mujer de ojos azules.
Me remito a abrir la puerta de tus miedos.
Quítate las vergüenzas.
No dejes que unos roles te condicionen.
Que un dolor de pies o unos zapatos ajustados
no te impidan bailar con la vida.
Déjate sentir
vuelve a volar.
A veces, me dedico a mirarte 
sin que te des cuenta
e intento averiguar qué recorre tu pensamiento.
¿Qué piensas?
¿Qué callas?
Y cuando no lo consigo
me dedico a observar
como transcurre la primavera por tu boca.
Más tú que nunca
que yo lo seré tambíen saliendo a tu encuentro.
Que tus temores
se abran paso entre la multitud de la gente
y es que en el hueco de mi brazo izquierdo
he encontrado un montón de caricias
que te dejé sin dar.
Buscan la libertad de tu hombro
y la felicidad de tu cara.
Jamás quise dañar
a un alma libre y luchadora.
Ahora solo me dispongo
a invitarte a café
y no te reprocho el olor a humo
que desprende tu chaqueta vaquera favorita.

Todo se descompone
al sonar de una guitarra
que llora desafinada
y es que la primavera, se está escribiendo sola,
por ello,
creo que ya es hora de marcharme.