lunes, 13 de junio de 2016

Rea(r)mando(te) trozos infinitos.

El día que consiga expresarte,
abriré las manos,
juntaré las palmas,
y esperaré paciente
a que tu infancia se rehaga entre mis dedos.
Después, juntaré los restos,
apretaré los dientes
y pintaré todas las paredes blancas
del color de tus miedos,
señalando la nada e
 intentando insinuar sin palabras:

"esto de aquí no tiene nada que ver conmigo,
la vida se acaba y tengo frío,
me recuerda a la energía que habita en tu cama.
¿Tienes miedo?, me quedo sentada.
No tengo nada a lo que no hayas dado la espalda antes.
Te espero despierta,
ya me sé el recorrido hasta la planta de tus pies,

he pensado en echar raíces pero no sé donde he puesto el agua.

Tengo sed y el mar no me sacia. ¿Me acompañas?"



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