sábado, 11 de junio de 2016

Lluvia de colores.

Tú tan de blanco,
yo tan de negro.
Yo tan de mirarte,
y tú tan de quedarte en plena cegadez.
Tú tan de dormirte en los laureles
y yo de hacerlo en tu regazo,
y acariciar tu espalda,
y perderme,
y encontrarme
y besar tu luna, mientras me vuelvo a perder en tu constelación de lunares,
que dicen,
que uniendo los puntos se indica el camino al parnaso,
siempre de ida, aunque vuelvas.
Tú nocilla, yo nutella.
tú juegas al buscaminas
cuando a mí,
son las minas las que me buscan, y querían hacer que explotase.
Yo tan de perder la razón
y tú siempre queriéndola tener.
Tú bailabas aquel vals,
mientras yo simplemente lo cantaba, me dejaba bailar por las notas y su arritmia, en vez de perderme en ti y tu ritmo marcado.

Tú fuiste tantas cosas en mi vida, que en cuanto desapareciste, me acostumbré a perder, y cuando creí que todo aquello era blanco, tu color favorito por cierto, me di cuenta de que era de todos los colores del arco iris.

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